Yo no estoy hecho para dar conciertos; el público me intimida, me siento asfixiado por su impaciencia precipitada, paralizado por sus miradas curiosas, mudo ante esas fisonomías desconocidas.

Chopin, en una carta a su padre


Interpretar a Frederic Chopin fue muy entretenido. Es verdad que tuve que hacer unos cuantos intentos antes de conseguir un tono de voz que me gustara, sobre todo porque siempre es descrito como una persona tímida y reservada. ¡Lo último que haría sería llamar a alguien por teléfono!

El narrador

Varsovia, Polonia, madrugada del 14 de abril de 2014. Dos científicos, acompañados por otras 11 personas, entre ellas el arzobispo de la ciudad y el ministro de cultura polaco, entran en silencio en la Iglesia de la Santa Cruz. Serán las primeras personas en más de 60 años que podrán ver con sus propios ojos uno de los mayores tesoros del país: el corazón de Frédéric Chopin, conservado en un frasco con coñac en uno de los pilares de la iglesia.

Antes de morir, el músico manifestó el deseo de que, a su muerte, le fuera extraído el corazón y fuera transportado a su patria, Polonia. Más allá del indudable sentimiento nacionalista de Chopin, otras versiones apuntan a que el compositor quería que le sacaran el corazón para asegurarse de no ser enterrado vivo, un temor bastante frecuente en aquella época, y que encaja con su personalidad aprensiva.

Un título

Una descripción.

Chopin estudió en la Escuela Superior de Música de Varsovia con Elsner, pero no asistió a las clases de piano. Elsner, que lo conocía, comprendió su decisión, pero fue muy exigente en las materias teóricas que le enseñó, sobre todo en contrapunto. Gracias a esto, adquirió una sólida comprensión y técnica de la composición musical. En este tiempo, compuso su Sonata para piano nº 1 en do menor OP. 4, sus Variaciones sobre el aria «Là ci darem la mano» (de la ópera Don Giovanni de Mozart) para piano y orquesta Op. 2 y el Trío para violín, cello y piano Op. 8, evidentemente obras de mayor envergadura, basadas en formas clásicas (la sonata y las variaciones concertantes). Elsner escribiría en las calificaciones finales de sus estudios: "talento sorprendente y genio musical".