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dc.contributor.advisorDeux Marzi, María Victoria
dc.creatorCastagno, Alejandro
dc.date.accessioned2023-06-06T19:49:01Z
dc.date.available2023-06-06T19:49:01Z
dc.date.issued2021-07
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/20.500.12272/7980
dc.description.abstractEl avance de la fase neoliberal de la economía global capitalista –signada por la primacía de las finanzas, la especulación y el traslado constante de capitales– trae como consecuencias el cierre de establecimientos productivos, el aumento de los índices de desempleo y el deterioro de las condiciones de vida de las personas. Ante esta situación surgen respuestas en diferentes partes del mundo, muchas de ellas identificadas como de Economía Social y Solidaria (ESS). Esta expresión alude a un campo plural de iniciativas —así como a las corrientes de pensamiento asociadas a ellas— que se plantean como alternativas a la lógica de la reproducción del capital y que apuestan a llevar adelante estrategias que se orienten a la reproducción de la vida. Las experiencias de Empresas Recuperadas (ER) son un conjunto heterogéneo de unidades productivas o de servicio que se ven sometidas a fuertes crisis (quiebras, cierres, etcétera) y que retoman sus procesos productivos a partir del trabajo cooperativo de gestión autónoma y democrática de sus trabajadores (Fajn, 2013). A partir de su irrupción en diferentes ciudades de nuestro país a fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI, constituyen un objeto de estudio desde diversos campos académicos y disciplinas como la sociología, la economía o la historia. Las ER se han transformado en un objeto de estudio a nivel nacional, podemos mencionar a autores como Fajn (2003), Battistini (2004), Wyczkier (2009) y Ruggeri (2009), quienes se dedican a conocer los aspectos jurídicos, económicos, subjetivos y organizativos de estas iniciativas. En el ámbito académico local también nos encontramos con diferentes investigaciones que han analizado estas experiencias en la ciudad de Rosario entre las cuales podemos mencionar las de Dicapua et al. (2011), Aguirrezábal y Deux Marzi (2011) y Hudson (2012). Estos trabajos comparten interrogantes sobre la potencialidad de estas experiencias en el territorio y analizan los desafíos (contemplando diversas dimensiones) para el desarrollo de estas en una sociedad capitalista. El estudio de las ER podría ser enmarcado en el campo de la teoría de la ESS, en tanto las experiencias incluidas allí procuran dar solución a necesidades no satisfechas y enfrentarse a las reglas económicas de mercado que prevalecen en la sociedad. En este accionar se defiende la primacía de las personas y del trabajo por sobre el capital. En esta misma línea, los trabajadores de ER defienden sus puestos de trabajo y los medios productivos a los que están asociados y para hacerlo conforman organizaciones cooperativas. Por medio de las mismas intentan expandir los aspectos de esta economía al comprometerse con los principios cooperativos, de autogestión, colaboración y democracia participativa. Por lo que las ER se encuentran inscriptas dentro de la ESS como emprendimientos donde se producen bienes y servicios que se rigen por el principio instituyente de asegurar una mejor calidad de vida a las personas, contra el lucro y la obtención de máxima ganancia individual como objetivos preponderantes del sistema capitalista. Las experiencias de ER en el caso argentino se constituyen en base a una particularidad: se trata de un movimiento organizado, con perfil propio y autónomo, a diferencia de lo que ocurre en otros países donde se encuentra integrado al movimiento cooperativo tradicional (Ruggeri, 2014). Al mismo tiempo se distancia de los marcos laborales asalariados y de las unidades productivas capitalistas en tanto se trata de: (…) procesos sociales y económicos que presupone la existencia de una empresa anterior, que funcionaba bajo el molde de una empresa tradicional (inclusive, en algunos casos, bajo formas legales cooperativas) y cuyo proceso de quiebra, vaciamiento e inviabilidad llevó a sus trabajadores a una lucha por su puesta en marcha bajo formas autogestionarias (Ruggeri, 2014, p.18). Dentro de las experiencias de la ESS las ER tienen como protagonistas a los trabajadores, impulsores de su recuperación y de las acciones para poner en funcionamiento nuevamente los establecimientos productivos. Los trabajadores a partir de los procesos de recuperación inscriben experiencias con singularidad en cada uno de los lugares, por lo que cada ER presenta características distintivas, aunque a la vez todas ellas contienen articulaciones y sentidos compartidos que nos permiten hablar de un cambio en las condiciones subjetivas de estos trabajadores. En estas nuevas configuraciones de relaciones sociales y económicas se identifica otra forma de pensarse como trabajadores y dueños de los medios de producción, nuevas disputas por el reconocimiento como trabajadores y de sus derechos. La historia de las ER en Argentina tiene su etapa más trascendente en los años signados por el desmejoramiento de los indicadores tanto económicos como sociales. Podemos dar cuenta de ello con los datos brindados por el INDEC del año 2002 cuando la población que vive en hogares con ingresos inferiores a la línea de pobreza y el desempleo alcanzaron récords históricos; 55% y 21,5 % respectivamente (Freyre,2014). Los hechos acaecidos con la crisis del 2001 y el padecimiento de los efectos de la misma en nuestro país no hicieron más que profundizar la situación de premura económica en general, y especialmente en el sector industrial. Frente a los cierres de empresas que se fueron produciendo surge una estrategia impulsada por los trabajadores, la recuperación de los establecimientos por sus propias manos como una posibilidad de “salir a flote”. Bajo la consigna de mantener las fuentes de trabajo, cientos de trabajadores alrededor del país se organizan a través de la figura legal de cooperativas de trabajo. Con resultados dispares y una lucha constante, las ER se transforman en una imagen de resistencia de los momentos convulsionados de la Argentina de principios de siglo. Ejemplos emblemáticos son los casos de Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina - IMPA (1998), Gráfica Chilavert (2002), Fábrica Brukman (2003) en la Provincia de Buenos Aires, FaSinPat (2002) en la Provincia de Neuquén, y el Hotel Bauen (2003) en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para mencionar algunos (Fajn, 2003; Ruggeri, 2014). En la ciudad de Rosario1 también tienen lugar experiencias de recuperación de fábricas por sus trabajadores hacia fines de los noventa y comienzos del nuevo milenio, entre las más emblemáticas se destacan la Cooperativa Herramientas Unión (2000) y la Cooperativa Mil Hojas (2000). Si bien las experiencias de ER han motivado nuevos estudios (Gracia, 2011; Guelman, 2012; Ruggeri 2014 entre otros), la mayoría se han enfocado en la etapa fundacional de las iniciativas. Pocos han abordado y problematizado las condiciones que favorecen u obstaculizan la consolidación de cada experiencia y del conjunto de ellas (Deux Marzi, 2007; Hudson, 2011; Rubio, Solero, Tavella, Valentino, 2014). En esta nueva etapa de consolidación de las experiencias se presenta con mayor fuerza la discusión por la sostenibilidad de las mismas. ¿Cuáles son los factores económicos, organizacionales, sociales en los que se apoyan y de qué estrategias se valen las ER para sostenerse? ¿Qué desafíos enfrenta su sostenibilidad? Por ello, y a partir de los antecedentes mencionados, reconocemos que una de las cuestiones de central importancia para estudiar el devenir de los procesos de recuperación de empresas refiere a las condiciones que favorecen su sostenibilidad en el tiempo. En particular, advertimos que se trata de iniciativas que desde sus orígenes se vinculan con un conjunto heterogéneo de actores que de diferentes maneras inciden en la viabilidad del proceso. Por mencionar algunos de ellos destacamos los diferentes poderes del Estado sea a partir de la actuación Una de las más grandes ciudades del país, la misma cuenta con un importante entramado productivo, plasmado en un cordón industrial conformando el Gran Rosario contabilizando las ciudades de alrededores como San Lorenzo, Villa Constitución, Granadero Baigorria, Villa Gobernador Gálvez, entre otras del Poder Judicial en los juicios por quiebra y liquidación de las respectivas empresas, el Poder legislativo, en los casos que se sancionan leyes de expropiación, o las diferentes áreas del Poder Ejecutivo con programas o acciones de promoción y apoyo de las experiencias; los sindicatos; la comunidad en la que se inscribe la experiencia y organizaciones de ER, entre otros. Por este motivo, resulta de particular interés conocer cómo inciden los vínculos y relaciones construidas a partir de la recuperación de una empresa en el desarrollo del proceso y sus posibilidades de sostenibilidad. Para ello nos apoyamos en la definición de sostenibilidad plural que plantea Vázquez (2016), quien recomienda dejar de considerar exclusivamente la sostenibilidad mercantil para avanzar en un criterio que se apoye en un conjunto complejo de estrategias, políticas y recursos para la reproducción de las organizaciones de trabajo asociativo y autogestionado. Este tipo de sostenibilidad posibilita reconocer que los emprendimientos se sostienen sobre otros soportes que hacen a la viabilidad y sostenibilidad de los mismos. Como dijimos, esta definición contrasta con el concepto actualmente predominante que tiene en cuenta exclusivamente la dimensión de la autosostenibilidad microeconómica de los emprendimiento a partir de su inserción mercantil. Preguntarnos por las condiciones para la sostenibilidad plural de este tipo de experiencias nos lleva a asumir un enfoque territorial, poniendo en valor la noción de lo territorial en procesos de transformación social, donde se juegan saberes y prácticas en contextos socio espaciales determinados (Madoery, 2016). La mirada territorial nos acerca a la cuestión de los soportes de la sostenibilidad plural, reconociendo no sólo aquellos de orden económico sino también político y relacional, en un contexto situado. Una mirada multidimensional, multiescalar y multiactoral, que nos permite reconocer cómo inciden las relaciones que se inscriben entre diferentes actores del territorio en la sostenibilidad de la experiencia. Es necesario recuperar la idea de conflicto, relaciones de dominación, que a su vez plantean el fortalecer voces propias en las disputas sociales. La complejidad territorial se manifiesta en la existencia de actores operando desde una multiplicidad de intereses y flujos que se afectan mutuamente y donde el territorio es más que la suma de las partes (Costamagna, 2020). Por ello, en este trabajo nos proponemos caracterizar el entramado de relaciones que se construye en el transcurso de la recuperación de La Cabaña, que a la vez le dan soporte y hacen viable la experiencia. La elección de este proceso de recuperación se apoya en la relevancia que adquieren los vínculos y relaciones con diferentes actores del territorio para llevar adelante el proceso de recuperación y sostener la experiencia en el tiempo. Si bien el apoyo de organizaciones sociales y de algunas áreas del Estado suele ser frecuente en los procesos de recuperación de empresas, en la cooperativa La Cabaña, estas relaciones adquieren mayor volumen y protagonismo con el transcurso de la experiencia. Se destacan el rol del sindicato que agrupaba a los trabajadores en aquel momento, Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA); la fuerte imbricación en la federación que agrupaba a la mayoría de las recuperadas de la provincia, la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (FACTA), actualmente reconvertida parte de ella en la Federación Autogestión, Cooperativismo, Trabajo (ACTRA); la posterior elección de la presidenta de la cooperativa La Cabaña para presidir ACTRA. Así mismo se dieron estrategias colectivas para recuperar los mercados y clientes junto a otras ER; así como para dialogar con los diferentes niveles del Estado, entre otras. En esta investigación nos proponemos reconstruir ese entramado de relaciones en el que se inscribe la experiencia, reconociendo su incidencia en la sostenibilidad de la iniciativa. Para ello, retomamos el concepto de campo relacional propuesto por Madoery (2016), para proponerlo como un dispositivo teórico y metodológico que nos aproximará a la reconstrucción y comprensión de los soportes de esta experiencia. De manera que se busca contribuir al campo de las ciencias sociales y particularmente al análisis con enfoque territorial haciendo hincapié en el aspecto relacional (Benedetti, 2011; Raffestin, 2011) de los procesos, la complejidad del mismo, sus dinámicas sociales y las capacidades puestas en juego en un territorio (Costamagna, 2015).es_ES
dc.formatpdfes_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.rightsopenAccesses_ES
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.rights.uriAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.subjectMaestría en Desarrollo Territoriales_ES
dc.subjectSostenibilidad plurales_ES
dc.subjectCampo relacionales_ES
dc.subjectCooperativaes_ES
dc.titleEstrategias plurales de sostenibilidad, una aproximación al campo relacional de la Cooperativa La Cabaña (2006-2019)es_ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/masterThesises_ES
dc.description.affiliationFil: Castagno, Alejandro. Universidad Tecnológica Nacional. Facultad Regional Rafaela; Argentina.es_ES
dc.type.versionacceptedVersiones_ES
dc.rights.useCreative Commonses_ES


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