El aprovechamiento de los descartes alimentarios y la reutilización de nutrientes es una estrategia prometedora con beneficios ambientales y económicos. Se estima que aproximadamente un 35 % de zanahorias se descartan por malformación, a pesar de ser comestibles y nutritivas. Una metodología para revalorizarlas es transformarlas en polvos deshidratados ricos en carotenos y compuestos fenólicos.