Resumen
Las reacciones de las empresas frente a la regulación medioambiental se han basado tradicionalmente en una conducta reactiva a fin de atemperar las posibles consecuencias económicas de las exigencias legales. La adopción de una conducta proactiva que no se limite al cumplimiento de pautas reguladoras, reguladoras, sino que responda a los requerimientos de los grupos de interés, con el uso de tecnologías para para la prevención, permite mejorar la productividad y lograr ventajas competitivas .