Aislamiento de Microorganismos a Partir de Sitios Crónicamente Contaminados para la Producción de Biosurfactantes
Resumen
El petróleo es la fuente de energía más difundida, utilizada y de bajo costo en el
planeta. Sólo en 2014, del total de la energía consumida mundialmente, más del 30% surgió de
éste. Su composición y propiedades hacen que, aparte de utilizarse como fuente de energía,
pueda ser utilizado en la síntesis y desarrollo de cientos de bienes de consumo global. Desde
su descubrimiento en las últimas décadas del siglo XIX hasta la fecha, múltiples aplicaciones y
usos han sido descubiertos y explotados. Entre estos, sólo algunos ejemplos son: utilización del
petróleo para la industria del plástico, de los solventes y pinturas, lubricantes, detergentes,
entre otras.
Más allá de esto, existe un gran inconveniente relacionado con la utilización del petróleo, esto es la contaminación ambiental que se produce a partir de las actividades de
extracción, almacenamiento, transporte, refinamiento, procesado y utilización como fuente de
energía. Todas estas actividades afectan negativamente el medio ambiente en el que se
desarrollan y el medio ambiente global. Filtraciones o derrames, sean accidentales o
intencionales, gases de efecto invernadero producto de la combustión, etc., afectan al
ecosistema y producen cambios que son muy difíciles de reparar. Con el objetivo de reducir el
impacto negativo de estas situaciones, se han desarrollado e implementado diversas técnicas,
tanto físicas como químicas y biológicas. Al conjunto de estas técnicas de recuperación de
sitios contaminados se los denomina procesos de remediación, en el presente trabajo se hace
referencia particular a los procesos de biorremediación, es decir, aquellos procesos de
remediación que implican la utilización de microorganismos o parte de estos para llevar a cabo
la recuperación del sitio contaminado. Hay diversas técnicas para llevar a cabo este tipo de
procesos, una de ellas involucra la utilización de compuestos tensioactivos producidos por los
microorganismos para estimular la degradación de hidrocarburos en sitios crónicamente
contaminados. En este trabajo se presenta un estudio sobre la producción de biosurfactantes a
escala laboratorio a partir de microorganismos aislados de la zona de Campana, Provincia de
Buenos Aires.
De muestras obtenidas en el predio de una destilería en la ciudad de Campana aislaron
trece colonias de microorganismos, las que fueron capaces de crecer en presencia de
hidrocarburos como única fuente de carbono. De ellas, seis presentaron capacidad
tensioactiva, por lo que se procedió a la identificación de las mismas. Las colonias aisladas
pertenecen a los géneros Pseudomonas y Cellulosimicrobium respectivamente. De estas, se
seleccionó a Pseudomonas koreensis su potencial como productora de biosurfactantes.
Con esta cepa se llevaron a cabo diversos ensayos destinados a estimar la capacidad de
producción de biosurfactantes. Se evaluaron diferentes condiciones de cultivo en Erlenmeyers
y biorreactor (con una capacidad de 3 litros) teniendo en cuenta como parámetros la temperatura y concentración de sustrato. Cuando se utilizó un medio de cultivo mínimo
suplementado con una mezcla de 3 hidrocarburos (Kerosene, diésel y nafta) como única fuente
de carbono, se observó crecimiento microbiano y la mayor actividad tensioactiva únicamente
cuando se cultivó en Erlenmeyer a 25Cº y 6%v/v de HC.
Asimismo, se evaluaron glucosa y glicerol como fuentes de carbono, observándose una
una disminución de la capacidad tensioactiva, alcanzando valores de 25,10mN/m y
27,84mN/m, respectivamente. Cuando se efectuó la transferencia de la biomasa crecida con
los sustratos previamente ensayados en medio de cultivo suplementado con la mezcla de hidrocarburos ya mencionada, no se observó una disminución de la tensión superficial.
En base a lo mencionado y a una decisión basada en minimización de costos (coproducto
de la producción de biodiesel), se seleccionó glicerol como fuente de carbono para
evaluar la capacidad de producción de biotensioactivos por parte del agente biológico
seleccionado. Se observó crecimiento y una disminución de la actividad superficial en un 60%.
En estas condiciones se separó el biosurfactante producido a partir de una precipitación en
medio ácido, y se determinó su concentración micelar crítica (CMC).
Debido a los resultados obtenidos y teniendo en cuenta la disponibilidad del glicerol,
constituye una excelente alternativa para llevar a cabo procesos de producción de
biosurfactantes.
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